miércoles, enero 09, 2008

Los Buddenbrook

Los Buddenbrook
Thomas Mann
(1901)

En general vengo evitando literatura alemana, con el objetivo de algún dia leerla en alemán. Pero como faltan todavía un par de años para eso (y aún más para Mann, está solo un poco por debajo de Proust en expansión narrativa), apenas vi el libro en la biblioteca de Gabriel, decidí pedirselo prestado descaradamente.

Esta epopeya familiar relata la historia de una familia burguesa de Lüback (al norte de Alemania) a lo largo del siglo XIX. Encadenando los eslabones que sucesivamente toman las riendas del negocio familiar, se teje a su alrededor toda una trama de personajes y relaciones. Desde un buen pasar y un negocio próspero, llegan con los años (las décadas) los traspiés, y un leve y continuado descenso, que intuimos, sabemos, no terminará bien.

Decir que la caída de la familia implica una crítica a la burguesía pienso que es un poco apresurado; el foco es más bien la historia, las relaciones, los personajes y sus personalidades, con la casa paterna como eje. Obviamente en 748 páginas claro que en algún momento se explaya y desarrolla también algún que otro tema, pero siempre con moderación y atendiendo a la historia.

(Spoilers ahead)
El carácter del líder familiar "de turno" va marcando el ritmo de los negocios, desde la energía inicial de Johann Buddenbrook, pasando por su hijo el cónsul Jean, que meramente logra mantener el nivel, a la renovada fuerza y habilidad que despliega el nieto Thomas, quien encumbra nuevamente el nombre de la familia. Pero la linea sucesoria se desdibuja... Ya Christian, hermano de Thomas se aleja del camino de los negocios, dedicándose a sus viajes, al teatro, a pasar su tiempo en clubes y bares...el bisnieto Hanno es un chico débil y enfermizo que para tormento de Thomas muestra mayor inclinación por la música que por los negocios... podrán sus esfuerzos "rectificar" su camino?

Honremonos, carísimos amigos míos, paladeando una copa de este delicioso vino, y hagamos votos por la prosperidad de nuestros respetados anfitriones en su nuevo hogar... ¡Brindo por la felicidad de la familia Buddenbrook y todos sus nuevos miembros, presentes y ausentes...! ¡A su salud!
El cónsul subió hasta su cuarto, mientras el viejo se dirigía a tientas al entresuelo, agarrado al pasamanos. La vieja y amplia mansión quedó sumida en el silencio y las tinieblas. Orgullos, esperanzas y temores se acallaron, mientras afuera, en las calles quietas y solitarias, la lluvia seguía cayendo y el viento otoñal silbaba al chocar contra las esquinas.
¿Que significaba el lunes? ¿Era ni siquiera probable que llegase nunca? Nadie cree en el lunes cuando se tiene por delante una noche de domingo llena de la ilusión de oir Lohengrin (...) Y se sintió libre, saborando todo el gozo de su corazón y, sentado al piano, quedó sumido en sus sueños, olvidando sus contrariedades.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No había escuchado sobre este libro hasta hace bien poco. Por cierto que hace un par de meses, en la nueva revista literaria de La Nación que sale los sábados, leí un par de notas bastante detalladas e interesantes sobre la familia Mann, de la que apenas algo sabía. Tal vez puedas buscar los artículos en internet. Investigalo un poco porque vale la pena. Tal parece que este libro tiene mucha inspiración autobiográfica. Me dan ganas de leerlo, me las dieron cuando leí los artículos, y más ahora que leo tu comentario. Además, me encantan los novelones estilo saga familiar.

Anónimo dijo...

No lo leí. Ya tengo un comentario del que guiarme. Thomas Mann recibió el Premio Nobel principalmente por esta obra. Su ciudad natal es Lübeck.